LA LEYENDA DE EL CUCUY (leyenda mexicana)

 El Cucuy

En México y en muchas culturas latinoamericanas, existe la leyenda de El Cucuy (también conocido como El Coco o El Cuco), un ser sobrenatural que se presenta como el monstruo que acecha a los niños desobedientes. Esta figura misteriosa ha sido una presencia en las historias que los padres cuentan a sus hijos para advertirles sobre la importancia de obedecer, ser responsables y no comportarse mal.

El Cucuy es descrito de diversas maneras dependiendo de la región: algunos lo imaginan como una sombra oscura sin rostro, mientras que otros lo visualizan como una criatura con ojos rojos, dientes afilados y largas garras, capaz de esconderse en cualquier rincón oscuro, como el armario, debajo de la cama o en las esquinas más sombrías de una habitación.

La leyenda dice que El Cucuy merodea en busca de niños que se han portado mal, que no quieren dormir o que no obedecen a sus padres. Se dice que este ser puede sentir cuando un niño está siendo travieso, y que su método es tan aterrador como efectivo: primero, se esconde en algún rincón de la casa, observando silenciosamente. Luego, si el niño no se corrige, El Cucuy lo arrastra hasta su escondite oscuro, donde lo retiene hasta que jura portarse bien.

Una de las historias populares cuenta que una noche, en un pequeño pueblo, una niña llamada Lupita se rehusaba a dormir temprano y hacía mucho ruido. A pesar de las advertencias de su madre, Lupita continuó con su desobediencia. Esa noche, mientras intentaba dormir, Lupita escuchó un susurro bajo la cama. Al asomarse, vio dos ojos rojos brillando en la oscuridad. Asustada, intentó gritar, pero de inmediato sintió unas garras invisibles que la jalaban hacia la sombra. Se dice que fue entonces cuando supo que El Cucuy había venido a buscarla, y prometió nunca más portarse mal.

Desde entonces, Lupita nunca volvió a desobedecer y sus padres notaron el cambio, aunque ella nunca se atrevió a contar lo que realmente había visto aquella noche.

La leyenda de El Cucuy sigue siendo una advertencia poderosa en muchas familias, donde es común que los padres les digan a sus hijos: "Pórtate bien, o El Cucuy vendrá por ti". A través de esta figura oscura, se intenta transmitir respeto y obediencia, manteniendo viva la creencia en este vigilante de la noche que acecha desde las sombras, siempre listo para llevarse a quien no cumpla las reglas.

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